CAMPO
Brasil: Menos dólares por soja
Más de 32 millones de toneladas de soja en grano dejaron los puertos brasileños entre enero y junio, un 1% más que el año pasado en la misma época.
Brasil, el segundo
productor mundial de soja, sigue exportando cantidades masivas de oleaginosas y
a pesar de ello sus ingresos disminuyeron fuertemente en el primer semestre de
2015, según indicó la asociación brasileña de industriales de aceites vegetales
(Abiove).
En los meses de enero a junio el gigante Sud-Americano
exporto más de 32 millones de toneladas de soja en granos, un 1% más que el
periodo anterior, pero los ingresos en dólares cayeron el 22%, según la
asociación, uno de los portavoces del sector.
En el primer semestre, China compró el 60% del
"complejo soja" brasileño, la misma proporción que el año pasado. Le
siguieron la Unión Europea (19%) y Asia -sin China- (14%), según Abiove.
De todas maneras los ingresos en dólares cayeron el 22%,
según la asociación, uno de los portavoces del sector, cuales son los factores de
esta perdida, la depreciación de la moneda brasileña, el real, en relación con
el dólar y la caída de los precios de las materias primas.
Mejorar la productividad con cultivos de cobertura
El INTA Cañada de Gómez (Santa Fe) trabaja en esta
alternativa tecnológica para equilibrar el balance de carbono e incrementar la
fertilidad. Un aporte a la sustentabilidad de los sistemas productivos.
La agencia INTA publicó que en los últimos años, más del 70
% de los suelos de la región pampeana son destinados a la siembra continua de
soja, un cultivo que produce menor cantidad de rastrojos y de rápida
descomposición. Por esto, el INTA Cañada de Gómez –Santa Fe– propone el uso de
los cultivos de cobertura de invierno como estrategia para frenar el deterioro
del suelo y aportar a la sustentabilidad de los ambientes.
Cuando un suelo recibe escasos aportes de rastrojos, sufre
procesos de erosión hídrica y no se fertiliza se afectan severamente sus
propiedades químicas, físicas y biológicas, que en muchas situaciones son
lentas y costosas de restablecer. En este contexto, la ONU declaró el 2015 como
el Año Internacional de los Suelos (AIS). Julia Capurro, extensionista de esa
unidad del INTA, aseguró que “los sistemas productivos de la región necesitan
ser manejados con mayor diversidad de especies y con un mejor aprovechamiento
de los recursos disponibles –como agua, luz y nutrientes–”.
¿EN QUÉ CONSISTE EL MANEJO CON CULTIVOS DE COBERTURA?
La práctica de cultivos de cobertura representa una
estrategia para proteger los suelos y minimizar el efecto erosivo de las
lluvias de primavera y verano. Consiste en la siembra de plantas, generalmente
de especies forrajeras gramíneas, leguminosas o crucíferas, que no se destinan
al pastoreo animal ni a la cosecha de granos. Se siembran en otoño y ocupan el
suelo entre dos cultivos de verano.
“La asociación de distintas especies de cultivos de
cobertura permite sumar sus cualidades al material vegetal producido”, señaló
Capurro para quien “las gramíneas como avena y centeno producen elevadas
cantidades de materia seca con alto porcentaje de carbono y, las leguminosas
como vicia, poseen una alta capacidad para acumular nitrógeno por fijación
simbiótica a través de sus raíces”.
De acuerdo con Capurro, su incorporación permite una mayor
infiltración del agua y una reducción significativa de las pérdidas de suelo,
se aprovechan mejor los nutrientes, que son liberados para el cultivo de grano
y se controlan las malezas de difícil eliminación con herbicidas.
Para la especialista del INTA, es importante tener en cuenta
que esta estrategia de conservación complementa y no sustituye a las rotaciones
con trigo y maíz, a las fertilizaciones balanceadas y al manejo de excesos
hídricos –para minimizar los riesgos de erosión–. “El objetivo de esta
tecnología es que la soja siga formando parte de los sistemas productivos en
rotación con otros cultivos, para lograr producciones sustentables a través del
tiempo”, expresó Capurro.
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